martes, 20 de septiembre de 2011

"UN NIÑO QUE VALE POR DOS"

          Enseñar a leer y escribir en la escuela contribuye un desafío pedagógico debido a los cambios culturales que se producen en el contexto donde se desarrolla el niño, lo que genera crisis en la asimilación del conocimiento.
          Con la introducción de las nuevas tecnologías del conocimiento y de la comunicación nos damos cuenta de que ejercen influencia sobre nuestros niños. La escuela no debe estar ajena a estos cambios,  adaptarse transformarse, reinventarse combinando lo viejo con lo nuevo y adecuarse a los nuevos requerimientos que son impuestos por los modelos culturales dominantes. De este modo se observa que la lectura impresa dejó de ser un pilar de la cultura escrita. Pero pensamos que estos nuevos recursos como representaciones dinámicas ayudan enormemente a imaginar aquello que se oculta de la abstracción de fórmulas; además estamos seguros que aportarán nuevas herramientas que facilitarán los aprendizajes como ámbito de circulación de la literatura y es allí donde nuestros alumnos cultivarán la cultura letrada.
         De esta manera la enseñanza de la lectura y escritura que constituye pilares básicos de la cultura escolar.
         Ante esta realidad los docentes debemos inventar nuevas prácticas puesto que nos vemos obligados a describir las actividades habituales de la clase. Por lo tanto hacer entrar cada año a un grupo de niños en el mundo de lo escrito no es poco ya que el libro es el seguro de vida, una pequeña anticipación de inmortalidad.